La semana pasada recibí un regalo que me acompañará en la sala dónde hago mis sesiones del Método Grinberg. Hablábamos y hacíamos un símil entre las olas del mar, que ella pinta desde que comenzó su proceso y las olas que se perciben en el cuerpo durante las sesiones. Cuando sueltas esfuerzos, respiras profundo y sientes tu cuerpo, que es bastante distinto de imaginarlo o visualizarlo, conectas con infinidad de sensaciones hasta ese momento imperceptibles. Muchas personas las describen como electricidad, cosquilleo, vibración, recuerdos de situaciones vividas, olores que vuelven, oleadas de miedo, alegría, tristeza, ternura, placer, quietud o muchas otras sensaciones. Sea cómo sea, un cuerpo sano «sabe» cómo utilizar todo esto para recuperarse y estar mejor.
Comparto con vosotros las palabras de Núria:
«Uns mesos enrere vaig començar un procés del Mètode Grinberg amb l’Ana Cuesta. Fa molts anys que pinto, però des de llavors tan sols he pintat onades de tot tipus. Hi ha un moment concret de les sessions, quan el meu cos esclata d’energia, immòbil i bullint per dins, que sento electricitat. És com una gran ona, de vegades fins i tot m’espanta; però quan deixo que la onada trenqui sentint tot allò que ve per dins, arribo a un estat de quietud total extremadament plaent.