«El dolor es una de las fuerzas más poderosas que nos pueden afectar, forma parte de nuestra existencia y de lo que significa ser humano. Puede convertirse en el reto más grande al que nos enfrentemos a lo largo de nuestra vida y, muy a menudo, es un factor determinante a la hora de definir nuestro comportamiento y nuestra experiencia. Pero es también un poder que aumenta nuestra consciencia y constituye una motivación esencial en nuestra forma de aprender, evolucionar, adaptarnos, crear o hallar nuevas soluciones para dificultades y problemas, o en nuestra capacidad para aprender de los errores. El dolor nos humaniza, nos da profundidad, nos aporta humildad y nos hace apreciar la vida, ya que nos recuerda que podemos perderla.
El dolor nos alerta indicando que nuestro cuerpo requiere atención o un cambio, o que necesita algo, y por eso es necesario para nuestra supervivencia y nuestra existencia. El dolor actúa como una frontera que no debemos cruzar, y nos muestra los límites más al la de los cuales podemos hacernos daño o morir. Al formar parte del esfuerzo que hace el cuerpo para estar sano, el dolor se convierte en una experiencia corporal necesaria y natural»- Texto extraido del libreto «Transformar el dolor»