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Mai és mal moment per fer una sessió

Fa unes setmanes, en setmana santa, vaig anar a una caravana pel desert del Marroc. Va ser una experiència increïble per l’entorn, les persones, la connexió amb mi mateixa, amb els altres, amb els camells, amb el desert… Prescindeixes de tot el superficial i alhora tens tot el que necessites. Davant d’aquesta immensitat i absència afloren moltes coses: aflora el teu passat i el teu present, aflora tristesa i amor, sobretot molt d’amor. Et recomano molt aquest viatge amb l’Oscar Boule  (www.caravanahaciaelinterior.com).
En el desert vaig fer coses que mai havia fet: sessions improvisades en el terra,  sessions a dues persones alhora i, a la tornada, vaig fer una sessió durant el vol. Va ser preciós… i l’Arkaitz ha volgut explicar-ho amb les seves paraules.

«Fue en una caravana en el Desierto donde conocí a Ana. Una experiencia hermosa, en un escenario propicio para contactar con uno mism@, una experiencia que permite entrar en contacto con el todo y la nada. Y en esa nada aflora lo que cada cual tiene en su interior y en el mío supuso contactar con mis corazas, con mi miedo a soltar y, en particular, con mi miedo a volar.

Gracias a una cálida y compasiva entrega por aflojar y no hacer, pudieron emerger la paz y el amor. En ese soltar conté con la ayuda de Ana que, gracias a su intuición, escucha y al canal que son sus manos, me ayudó a respirar la presión de mi coraza, y darme espacio. Y con esta calma y sensibilidad que me aportó la experiencia en el desierto y la convivencia en grupo volvimos a Barcelona.

El vuelo de vuelta fue un auténtico viaje para mí. La causalidad quiso que Anna se sentara cerca de mí.

Cuando sentí la angustia y la ansiedad que me produce volar y estar en el avión sin “escapatoria” comencé a respirarlo. Al sentir que el pecho se me cerraba y me costaba darle cabida a lo que estaba sintiendo le pedí ayuda a Ana, lo cual ella ya había intuido.

Gracias a su acompañamiento pude contactar con todas las emociones que emanan en mi miedo a volar: el propio miedo a contactar conmigo, la desconfianza, la rabia

Y por primera vez las pude respirar en un avión, darles el espacio que tienen (ni más ni menos). Y gracias a su intuición, Ana me supo guiar en este viaje con la sabiduría de sus manos tocando los puntos donde se concentra mi miedo, dándome sabios y respetuosos mensajes en los momentos oportunos; sabiendo darle importancia a lo esencial, a lo que en el momento me estaba ocurriendo.

Y, de esta manera, pudiendo respirar lo que me sucedía aterricé en Barcelona, sintiendo mi espacio, energía, poder y sintiéndome pleno