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Movimiento elemento agua

El Universo en su conjunto y todo ser vivo están individualmente compuestos de los mismos movimientos y dispuestos en el mismo orden, lo que entraña una similitud, en el sentido de la palabra, entre el ser humano y el Cosmos. Los 5 elementos son Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera.

Desde el 28 de Octubre hasta el 23 de Enero hemos entrado en el movimiento Agua (invierno energético)

Agua es la energía abismal de la tierra, la fuerza que fluye en descenso y nos da la capacidad de asumir riesgos. Nos permite la introspección, centrar nuestra atención en los puntos importantes y sobreponernos a los impedimentos a través de la voluntad. El kua (símbolo de tres líneas llamado trigrama) de agua simboliza el elemento agua: el inconsciente y las potencialidades desconocidas como el aprendizaje, la realización a través del trabajo y la experiencia de la vida. Agua es nuestra sombra, nuestros miedos conscientes o inconscientes. Tiene un movimiento Yin, el más yin de todos, que es un movimiento contractivo y de descenso que nos lleva hacia dentro, a recogernos. Es la energía del miedo, de la oscuridad, de la soledad, el frío y el salado. Se relaciona con los colores azul marino y negro y con la forma ondulante. En esta parte del planeta es el invierno y su dirección es el Norte.

Te propongo una práctica para sentir esta energía:

Busca algún vídeo o audio de sonidos de agua y delas olas del mar. Cuando caiga la tarde o ya sea de noche, toma un vaso de agua y siéntate a escuchar las olas con los ojos cerrados, en algún lugar de tu casa donde te sientas recogida o si conoces la dirección norte de tu casa, oriéntate hacia el norte. Ahora toma un pellizco de sal marina y mantenlo en tu boca todo lo que puedas. Siente el sonido del mar y el sabor de la sal, mientras te mantienes en silencio.

Quédate unos mínutos y nota las sensaciones que se despiertan en tu cuerpo, las emociones y las imágenes mentales o recuerdos que aparecen. Es importante que mantengas los ojos cerrados y que te enfoques en estar atenta a experimentar como resuena el agua en ti. Hazlo un mínimo de 10 minutos y cuando tengas suficiente, respira profundamente unas cuantas veces y si hay alguna sensación incómoda que te cuesta sostener puedes moverte al ritmo de una canción lenta o hacer unos estiramientos.

Apunta la experiencia en una libretita, apunta que ha sucedido en la práctica y como te sientes al terminar. Puedes hacerlo unas cuantas veces más e ir observando como lo sientes cuando vayamos entrando más intensamente en el movimiento agua.

Te dejo un vídeo aquí pero puedes usar el que tu quieras.

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Mai és mal moment per fer una sessió

Fa unes setmanes, en setmana santa, vaig anar a una caravana pel desert del Marroc. Va ser una experiència increïble per l’entorn, les persones, la connexió amb mi mateixa, amb els altres, amb els camells, amb el desert… Prescindeixes de tot el superficial i alhora tens tot el que necessites. Davant d’aquesta immensitat i absència afloren moltes coses: aflora el teu passat i el teu present, aflora tristesa i amor, sobretot molt d’amor. Et recomano molt aquest viatge amb l’Oscar Boule  (www.caravanahaciaelinterior.com).
En el desert vaig fer coses que mai havia fet: sessions improvisades en el terra,  sessions a dues persones alhora i, a la tornada, vaig fer una sessió durant el vol. Va ser preciós… i l’Arkaitz ha volgut explicar-ho amb les seves paraules.

«Fue en una caravana en el Desierto donde conocí a Ana. Una experiencia hermosa, en un escenario propicio para contactar con uno mism@, una experiencia que permite entrar en contacto con el todo y la nada. Y en esa nada aflora lo que cada cual tiene en su interior y en el mío supuso contactar con mis corazas, con mi miedo a soltar y, en particular, con mi miedo a volar.

Gracias a una cálida y compasiva entrega por aflojar y no hacer, pudieron emerger la paz y el amor. En ese soltar conté con la ayuda de Ana que, gracias a su intuición, escucha y al canal que son sus manos, me ayudó a respirar la presión de mi coraza, y darme espacio. Y con esta calma y sensibilidad que me aportó la experiencia en el desierto y la convivencia en grupo volvimos a Barcelona.

El vuelo de vuelta fue un auténtico viaje para mí. La causalidad quiso que Anna se sentara cerca de mí.

Cuando sentí la angustia y la ansiedad que me produce volar y estar en el avión sin “escapatoria” comencé a respirarlo. Al sentir que el pecho se me cerraba y me costaba darle cabida a lo que estaba sintiendo le pedí ayuda a Ana, lo cual ella ya había intuido.

Gracias a su acompañamiento pude contactar con todas las emociones que emanan en mi miedo a volar: el propio miedo a contactar conmigo, la desconfianza, la rabia

Y por primera vez las pude respirar en un avión, darles el espacio que tienen (ni más ni menos). Y gracias a su intuición, Ana me supo guiar en este viaje con la sabiduría de sus manos tocando los puntos donde se concentra mi miedo, dándome sabios y respetuosos mensajes en los momentos oportunos; sabiendo darle importancia a lo esencial, a lo que en el momento me estaba ocurriendo.

Y, de esta manera, pudiendo respirar lo que me sucedía aterricé en Barcelona, sintiendo mi espacio, energía, poder y sintiéndome pleno

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Déjate llevar por el <3

Tu corazón físico es el motor de tu cuerpo y tu «corazón» es el motor de tu amor, generosidad, compasión, valores y te impulsa hacia lo que quieres. Así que te propongo que te dejes llevar por él.

Vèlia Bach (ilustradora) ha puesto imagen a mi idea y mira que belleza!

Deixa't portar Ana Cuesta Sabadell

Deixa't portar pel cor Ana Cuesta Sabadell

 

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Cúanto más respiro más siento la vida

¿Qué cierto, verdad?

Tanto en mis años trabajando con personas, cómo en mi proceso personal, he podido observar que cuando no nos gusta lo que estamos sintiendo o pensando, una de las cosas que hacemos es respirar de manera superficial. Y llega un momento en que esta manera de respirar se convierte en automática y por tanto hace que sintamos menos.

Fruto de la colaboración con Vèlia Bach (ilustradora) han nacido estas bolsas que ya pasean por Sabadell y el vallés, invitando a recordar que si respiras más, sientes más y por tanto, todo se vuelve más real e intenso.

¿Te gustan?

 

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Usar el cuerpo para sanar los traumas

Hoy comparto contigo un interesante artículo con el que no puedo estar más de acuerdo.
Lo que yo te ofrezco es, usando el tacto, movimiento, respiración y comunicación verbal, un contexto donde poder conectarte con tu potencial sanador y recuperarte de los efectos de tus experiencias pasadas para conectar más auténticamente con tu presente. Contacta conmigo para más información.

ana cuesta método grinberg sabadell memoria del cuerpo

 

La ciencia de cómo usar el cuerpo para sanar los traumas.

Tenga un origen físico –abuso o lesión– o no, el trauma siempre se manifiesta en nuestro cuerpo y en nuestra sensación de seguridad y vinculación con los demás. Sin embargo, muchos de los tratamientos para sanar traumas sólo se enfocan en la psicoterapia y no en la necesidad del cuerpo de sentirse seguro y a la vez conectado, pues esto es una bisagra que a la vez necesita distancia y cercanía y en ello yace la complejidad de la curación. Paradójicamente, en el trauma aquello que más se teme –el contacto con las demás personas– es lo que más se necesita para retomar fuerza psicoemocional.

En su libro The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma, el investigador Bessel van der Kolk explora de manera brillante la relación entre el cuerpo y el trauma. Reproducimos aquí algunas citas esenciales que muestran este vínculo (traducidas del siempre excelente blog Brain Pickings). Van der Kolk enfatiza que:

Poder sentirse seguros con otras personas es quizás el aspecto principal de la salud mental; las conexiones seguras son fundamentales para llevar vidas satisfactorias y significativas.

Esto mismo lo notó Viktor Frankl en los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial: aquellos que tenían fuertes conexiones con sus familias, aquellos que tenían un sentido de vida –que generalmente era dado por los demás– podían superar con mayor solvencia las terribles condiciones a las que se enfrentaban. Van der Kolk continúa:

Uno de los efectos más perniciosos del trauma es que perturba las habilidades para leer a los demás, lo que hace que el sobreviviente de un trauma tenga menos capacidad de detectar el peligro o suela percibir erróneamente que hay peligro cuando no lo hay.

Por supuesto, esto va haciendo mella en nuestra capacidad y disposición para empatizar, pero la cura está en esas mismas relaciones con las cuales no logramos conectar:

Recibir apoyo social no es lo mismo que estar en presencia de los demás. La clave yace en la reciprocidad: ser realmente escuchado y visto por las personas que te rodean, sentir que existes en la mente y en el corazón de los demás. Para que nuestra psicología se calme, sane y crezca necesitamos un sentimiento visceral de seguridad. Ningún doctor puede escribir una receta para la amistad y el amor: estas son capacidades complejas que se ganan. No necesitas una historia de trauma para sentirte demasiado consciente e incluso apanicarte en una fiesta con extraños –pero el trauma puede hacer que todo el mundo se convierta en una reunión de extraños.

Van der Kolk identifica el problema como una carencia de nuestro modelo de enfermedades mentales, el cual pasa de largo las siguientes cuatro verdades:

(1) Nuestra capacidad de destruirnos el uno al otro es igualada por nuestra capacidad de sanarnos el uno al otro. Restaurar relaciones y comunidades es central para restaurar nuestro bienestar.

(2) El lenguaje nos da el poder de transformarnos al comunicar nuestras experiencias, ayudarnos a definir lo que sabemos, y encontrando un sentido común de significado.

(3) Tenemos la habilidad de regular nuestra fisiología, incluyendo algunas de las funciones llamadas involuntarias del cuerpo y del cerebro, realizando actividades como la respiración, el movimiento y el tacto.

(4) Podemos cambiar las condiciones sociales para crear ambientes en los que los niños y los adultos se sientan seguros y puedan prosperar.

El modelo propuesto busca entender la salud como un fenómeno participativo en el que las personas no se conciben como pacientes aislados sino como miembros de una comunidad que está en proceso de sanación. Esto permite reconocer que uno de los fundamentos esenciales que fomentan la salud es justamente el contacto significativo con los demás, la sensación que importas y que no estás solo, psicológicamente pero también físicamente.

Lo que se busca lograr en el caso de las personas con traumas es restaurar la capacidad de intimidad:

Lograr cualquier tipo de intimidad profunda –un abrazo fuerte, dormir con alguien más o tener sexo– requiere permitirse experimentar una cierta inmovilización sin miedo. Esto es realmente desafiante para las personas con traumas, ya que tienen que discernir cuando están a salvo de cuando están en peligro para activar sus defensas. Esto requiere tener experiencias que refuercen el sentido de seguridad física.

Es decir, necesitan ser tocados (poco a poco), estrechados, entrar en zonas de confort en las que la vulnerabilidad no se ve luego violada y lastimada; dejarse aprisionar por el afecto. De aquí la necesidad de desarrollar terapias corporales de reconocimiento del cuerpo y de relajación con el propio y cuerpo y con la presencia de los demás (crear un espacio psicofísico en el cual la persona pueda ser tocada). El cuerpo es memoria extensa y dinámica y puede lo mismo que encerrar nuestros traumas desbloquearlos liberando energía. Esta energía generalmente se libera a través del movimiento y del tacto.

La sanación está en nosotros, pero ocurre a través de los demás.

*fuente pijamasurf.